Fin de semana, toca hacer algo. Ya está! nos vamos al Salto del Nervión.
En el monte de Santiago está el Salto del Nervión sobre el cañón de Délica, con más de 300 metros de caída, lo que le hace ser uno de los mayores saltos de España.
Llegamos sobre las 10 de la mañana, dejamos el coche aparcado, desde el aparcamiento la ruta empieza por el camino de la derecha, que atraviesa un hayedo y pasa entre dos muros de piedra, que corresponden a una lobera reconstruida en la que los lobos eran rodeados y conducidos a un foso en el que los apaleaban hasta morir. Se sigue hasta el borde del acantilado, donde hay un mirador con suelo de rejilla colgado sobre el abismo, da la sensación de estar practicamente suspendido en el aire (no recomendable para gente con vértigo), las vistas y las sensaciones son increíbles.
La caída es impresionante, pero falta el agua que formaría la cascada, seguramente porque es septiembre y claro no hay agua, apenas ha llovido y evidentemente no hay nieve (mejor ir en primavera), pero aún así es bonito.
Como no hay agua, se nos ocurre tirar una piedra y no oímos el ruido que produce al llegar al suelo, os podéis imaginar la caída.
A la derecha del mirador hay un camino que bordea el acantilado y llega al mirador de Rubén, donde se ve el Valle de Orduña y el alto Nervión.
Otros lugares de interés próximos:
En el monte de Santiago está el Salto del Nervión sobre el cañón de Délica, con más de 300 metros de caída, lo que le hace ser uno de los mayores saltos de España.
Llegamos sobre las 10 de la mañana, dejamos el coche aparcado, desde el aparcamiento la ruta empieza por el camino de la derecha, que atraviesa un hayedo y pasa entre dos muros de piedra, que corresponden a una lobera reconstruida en la que los lobos eran rodeados y conducidos a un foso en el que los apaleaban hasta morir. Se sigue hasta el borde del acantilado, donde hay un mirador con suelo de rejilla colgado sobre el abismo, da la sensación de estar practicamente suspendido en el aire (no recomendable para gente con vértigo), las vistas y las sensaciones son increíbles.
La caída es impresionante, pero falta el agua que formaría la cascada, seguramente porque es septiembre y claro no hay agua, apenas ha llovido y evidentemente no hay nieve (mejor ir en primavera), pero aún así es bonito.
Como no hay agua, se nos ocurre tirar una piedra y no oímos el ruido que produce al llegar al suelo, os podéis imaginar la caída.
A la derecha del mirador hay un camino que bordea el acantilado y llega al mirador de Rubén, donde se ve el Valle de Orduña y el alto Nervión.
Otros lugares de interés próximos:
- Frías: pueblecito muy coqueto con un castillo muy chulo.
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