Pasando Pamplona llegamos a nuestro primer destino, la Foz de Lumbier.
Llegamos al aparcamiento (nos cobran 2€) dejamos el coche a la sombra de un árbol y nos disponemos a empezar.
Hay dos rutas para hacer:
- Ruta corta (2,6 km)
Por el camino del antiguo tren a lo largo del río, hasta el puente del diablo, y volver por el mismo camino. Es un camino llano y sin ninguna dificultad.
- Ruta larga (5,5 km)
Se trata de una ruta circular que sube por el monte, después baja por un camino de tierra hasta el puente del diablo y vuelve por el camino del antiguo tren junto al río.
Como queremos pasar toda la mañana y tenemos tiempo elegimos la ruta larga.
La primera parte del camino no tiene mucho misterio, subes el monte por un camino sin apenas sombra siguiendo las marcas de colores verde y blanco, llegas a un camino ancho de tierra que baja hasta el río. Allí ya comienzas a ver los postes que indican que una vez hubo una vía de tren que pasó por allí.
Justo antes de atravesar un túnel escavado en la roca, te indica un pequeño desvío para ver el puente del diablo, un antiguo puente ya destruido. Merece la pena acercarse para verlo de cerca, con cuidado de no caer al río, porque el camino es estrecho.
Tras acercarse a ver el puente volvemos al camino y cruzamos el túnel escavado en la roca. No tiene nada de luz, por lo que deberás avanzar algunos metros en la oscuridad más absoluta hasta que empiezas a ver la luz del otro lado (no te vendrá mal una pequeña linterna)
Al llegar a otro lado te encuentras ya metido en la foz, nada más salir del túnel bajamos al río por un caminito para refrescarnos y nos damos cuenta de que al fondo se ve una parte del puente del diablo. Allí pasamos un rato sacando fotos en la orilla.
Seguimos por el camino del tren admirando las impresionantes paredes de roca que flanquean el río. Nos fijamos que hay varias canoas en el río, quizás en otra ocasión nos atrevamos a hacerlo en canoa, tiene que ser genial.
Vemos buitres y demás aves por el camino, y gente con cámaras y teleobjetivos para ver aves.
Justo antes de llegar al segundo túnel hay otro caminito para bajar hasta el río donde te encuentras una pequeña playa de piedras con el rio en calma.
Volvemos al camino principal, y tras atravesar el túnel llegas de nuevo al aparcamiento donde finaliza la excursión.
Realmente lo más bonito y lo que merece la pena ver está en la ruta corta, con lo que si no os apetece andar por en monte o si queréis ir tranquilos con la famila (niños, mayores, discapacitados) podéis hacer la ruta corta sin problemas.
Salimos de nuevo en coche y nos paramos en el mirador de Iso, para contemplar las impresionantes vistas de la Foz de Arabayun.
Nos quedamos con ganas de hacer alguna ruta por la Foz de Arabayun pero eso lo dejaremos para otra ocasión.
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